La exploración del espacio interplanetario no ha tenido como único objetivo conocer las características y la composición de los astros del Sistema Solar, sino que a través de ella ha sido posible conocer que la mayoría del agua presente en la Tierra procede de cometas que chocaron contra su superficie. Estos cometas también pudieron transportar las moléculas complejas a partir de las cuales se originaron los seres vivos.